Con su normalidad totalmente recuperada y hasta discotecas abiertas, la ciudad de Wuhan, «cuna» del coronavirus, cumplió hoy un año desde el inicio de la que sería la primera cuarentena total de una pandemia que, en contraste, arrecia en el resto del mundo y rebrota en otras partes de China.
Wuhan, una urbe industrial de 11 millones de habitantes, estuvo paralizada por 76 días durante los cuales China mostró al mundo la velocidad de luz con la que construía hospitales y la disciplina y organización de sus habitantes para hacer frente a una situación inédita.
Un año después, en la metrópolis china donde se detectó el primer caso de coronavirus, los residentes practicaban hoy Tai Chi o trotaban en un parque a orillas del río Yangtze como si nada hubiera ocurrido.
Los habitantes de Wuhan ya pueden ir a discotecas y el toque de queda parece algo lejano. «Me siento completamente seguro. La situación está bajo control y ya no tengo miedo», afirmó Li Wenfu, un hombre de unos cincuenta años que lleva puesta una mascarilla negra, a la agencia de noticias AFP.
Aunque Wuhan no registró nuevos casos de Covid-19 desde mayo pasado, la amenaza del virus sigue ahí.
En las últimas semanas, varias regiones chinas volvieron a confinar a parte de su población después de brotes epidémicos limitados.
China anunció hoy otros 107 casos, elevando su total desde el inicio de la pandemia a 88.911.